- Irene Vallejo se ha consolidado como una de las grandes escritoras contemporáneas tras el éxito rotundo de su libro El infinito en un junco, con más de 1,2 millones de ejemplares vendidos.
- El infinito en un junco fue escrito como una forma de despedida de su vida literaria, ya que Vallejo atravesaba una etapa difícil con la salud de su hijo.
- Su nueva obra, El inventor de viajes, nace como un cuento dedicado a su hijo durante su estancia en el hospital, inspirado en las Historias verdaderas de Luciano de Samósata.
- La escritora continúa trabajando en un nuevo libro centrado en las relaciones entre creatividad, salud y humanidades, un terreno que ha cobrado importancia desde la pandemia.
Irene Vallejo, la destacada escritora zaragozana, ha pasado en los últimos años de ser una autora conocida en círculos académicos a convertirse en una de las plumas más influyentes en la literatura contemporánea española e internacional. Su obra El infinito en un junco no solo ha cautivado a millones de lectores en diferentes partes del mundo, sino que ha sido traducida a más de 45 idiomas, una hazaña que pocos ensayistas consiguen en los tiempos actuales. Este ensayo, que narra de manera apasionante la historia del libro, ha logrado superar las 51 ediciones en España y acumular más de 1,2 millones de copias vendidas en total.
Lo que muchos no saben es que Vallejo escribió este libro en un contexto enormemente difícil para ella. En medio del sufrimiento por la grave enfermedad de su hijo, que estuvo varios años en cuidados intensivos, El infinito en un junco surgió como una especie de terapia para combatir su realidad diaria y fue concebido como una carta de despedida de la literatura, ya que Irene pensaba que sus circunstancias no le permitirían seguir adelante en el mundo de las letras. «Estaba convencida de que sería mi primer hijo y mi último libro», confiesa Vallejo.
A lo largo de los cinco años que llevó completarlo, El infinito en un junco se transformó en mucho más que un ensayo histórico. La obra se convirtió en un testimonio de resistencia, de ese amor incondicional por los libros que ayudó a la escritora a superar una de las épocas más duras de su vida. Su hijo, que nació con graves problemas de salud, fue el centro de su vida durante ese tiempo de encierro entre la casa y el hospital.
El inventor de viajes, la reciente obra de Vallejo, también surge de esa experiencia personal tan dolorosa. Inspirado en las aventuras míticas de Historias verdaderas de Luciano de Samósata, este cuento ilustrado fue ideado por Irene como un regalo para su hijo mientras estaba en la unidad de cuidados intensivos. “Quería darle la bienvenida al mundo de la mejor manera que sé, inventando historias”, comenta Vallejo. El libro narra las aventuras de una viajera que recorre mundos fantásticos habitados por personajes irreales como los «calabazapiratas» o los «pulgarqueros», quienes luchan por la justicia en distintas aventuras. A lo largo de sus páginas ilustradas por José Luis Cano, Vallejo logra construir un universo lleno de imaginación y creatividad, un refugio frente a la monotonía y el dolor que vivió durante aquellos duros años.
Este nuevo libro, pensado en un principio para los lectores más jóvenes, también está siendo leído por adultos que encuentran en él una narrativa profunda y rica en significados. Para la escritora, este tipo de relatos no solo estimulan a los niños, sino que fortalecen los vínculos entre padres e hijos. «Contar historias tiene un poder inmenso y crea una conexión muy profunda entre los niños y sus padres», asegura Irene, quien se confiesa una apasionada de la tradición oral y de los cuentos para dormir.
A pesar del éxito indiscutible de El infinito en un junco, Vallejo no ha dejado que el éxito la abrume. Para ella, lo más importante sigue siendo su familia, y a pesar de su ajetreada agenda de conferencias, viajes y entrevistas, está decidida a frenar el ritmo y a concentrarse en su próxima obra, que ya tiene bastante perfilada. Este nuevo libro, que tratará sobre la relación entre creatividad, salud y humanidades, es una idea que toda la experiencia de la pandemia ha potenciado aún más en ella. «Me interesa explorar cómo la creatividad y las humanidades pueden ser herramientas para afrontar nuestras fragilidades», explica Vallejo. Está previsto que comience a escribirlo en profundidad en los próximos meses, una vez que logre hacer una pausa en su carrera internacional.
El rol de la creatividad y la relación con la salud ha sido un tema recurrente en la vida de Irene Vallejo. No solo su hijo está en el centro de la mayor parte de su obra reciente, sino que sus vivencias personales la han llevado a reflexionar profundamente sobre cómo las historias, las letras y el arte pueden servir de refugio en situaciones de gran adversidad. De hecho, explica que, sin la Sanidad Pública, su hijo no habría sobrevivido.
Desde la publicación de El infinito en un junco en 2019, Vallejo ha recorrido el mundo gracias a las numerosas traducciones de su libro, lo que le ha permitido compartir tanto en las principales capitales culturales como en pequeñas localidades al margen de los circuitos habituales. “He encontrado tribus lectoras por todo el mundo”, afirma con una sonrisa. Esta gran comunidad de amantes de la literatura, a la que la escritora dedica gran parte de su energía, sigue creciendo, reafirmando la idea de que el libro, lejos de ser un formato obsoleto, es aún un vehículo poderoso para conectar a las personas.
Aunque su vida ha cambiado radicalmente desde aquellos días oscuros en los que escribía contra la desesperanza y la enfermedad, Irene Vallejo sigue siendo la misma persona humilde y apasionada por las letras que al principio de su carrera. No solo se ha convertido en un referente mundial de la literatura gracias al éxito de sus obras, sino que también ha demostrado que la escritura puede ser una herramienta sanadora cuando la vida golpea con dureza. Ahora, con nuevos proyectos en el horizonte, esperamos que siga sorprendiendo al mundo con su sensibilidad y su capacidad extraordinaria de contar historias.
Al final del día, para Vallejo la magia de los libros sigue siendo su refugio, tanto para sobrellevar el sufrimiento como para celebrar la vida y sus infinitas posibilidades.